A la memoria de mi amigo Hernán (1973-2012)
La primera vez que tuve conciencia de lo que significaba viajar tenía 18 años. Terminó el curso y como siempre nos esperaba un verano entre apasionante y aburrido. En fin, no sabíamos qué iba a suceder durante esos largos 3 meses. Pero a uno de nosotros le latía el corazón a 1.000 por hora. Hernán se marchaba a Londres, y no durante una o dos semanas sino bastante más tiempo para aprender inglés. Claro, aquello para unos chicos de pueblo que lo más lejos que habían ido era a Portugal, escasamente a 20 kilómetros, era una sensación indescriptible. Si a esto le sumamos que de las 24 horas del día 23 las pasábamos hablando de rock, todavía era más increible. Creo que la noche que me lo dijo, hasta soñé con que me trasladaba a Londres y vivía una especie de viaje psicotrópico por la City. Pude contemplar cómo los punkis se arracimaban al calor del barrio de Candem Town, cómo se encendían las luces del Hammersmith Odeon mientras los Marshall comenzaban a escupir watios y cómo recorría decenas de tiendas de discos con un carrito del Carrefour (por aquél entonces Pryca) al que arrojaba cantidades industriales de música. Aquello existía de verdad, pero yo soñaba. Hernán, sin embargo, iba a viajar al lugar dónde todo eso era posible.
Antes de marchar le hice dos encargos. El primero que fotografiara punkis. Yo los había visto en Madrid, a donde viajaba con frecuencia, pero los ingleses tenían otro caché. Mientras que los españoles eran hijos de Ramoncín, aquellos pertenecían a la familia de los Clash y los Sex Pistols. Y el segundo encargo fue que me trajera un disco, cualquiera, me daba igual. Al cabo de los meses tuve mi foto, aunque lejana porque Hernán decía que los punkis se cabreaban si veían a alguien haciéndoles fotos, y mi disco que en este caso eran dos. Todavía los conservo intactos. Envueltos en una bolsa de papel, como un trofeo por haber sobrevivido a aquella amistad, me entregó el «The Queen is Dead» de los Smiths y el «L.A. Woman» de los Doors.
Hoy día estos discos simbolizan la unión de una amistad imperecedera. Mi amigo se ha ido y con él parte de mí. Pero él también permanece vivo en mi interior. Tener amigos es como viajar, cada uno va conformando nuestra manera de ser. Si no nos hubiéramos conocido, hoy no seríamos como somos. De no haber pisado aquél territorio, no sería yo. Viajar nos abre a otras historias, a otros colores y a otros miedos. Nos hace crecer y nos transforma. Entonces, cuando Hernán me dijo que se iba a Londres me di cuenta. Y, ahora también creo que él también fue consciente, por eso cumplió su promesa y me trajo una parte de Londres en una bolsa de papel.
La música y los viajes van de la mano. ¿Quién no lleva un mp3 con canciones seleccionadas cuando parte hacia algún destino? Yo, os aseguro que lo preparo antes que las maletas. Vamos que sin equipaje podría viajar, pero sin Ipod no. Y si vas a Londres, llevar una selección musical debería ser obligatorio. Inglaterra es el país con mayor creatividad musical del mundo. El rock se inventó en EEUU pero se pulió en Inglaterra, y más concretamente en Londres. Los Rolling Stones, los Beatles, Led Zeppelin, Black Sabbath, los Kinks, Radiohead, AC/DC, Iron Maiden, Deep Purple, Queen,…todos son británicos, absolutamente todos. En Londres se han hecho el 90% de los mejores discos de rock de la historia. Aquí se hace música refinada, creativa. En Estados Unidos, se utiliza rock de sal gorda, hard-rock granjero que es apetecible pero nunca rellenará páginas en la historia del rock. Entretienen pero no aportan. Pero los ingleses, cuando hablan de rock son los amos.
¿Y qué mejor cosa que visitar Londres de la mano de sus genios musicales? Si hay algo tan británico como la Thatcher, como las tazas de té o como la Torre de Londres, eso es el rock. Cada rincón de esta ciudad tiene una canción. Sus calles han inspirado a cientos de músicos. Sus habitantes laten al ritmo de 3/4. Esta es una recopilación músical para recorrer Londres. El orden de las canciones no es aleatorio sino que conforma una estructura narrativa musical. En el último post, el 3 de 3 podreis bajaros la recopilación entera y lista para reproducir. .
«London, London» de Caetano Veloso.-
Hablar de Londres es hablar de la cuna de la democracia y las libertades. Hoy más que nunca, hay que recordar que durante el siglo XVII, en Inglaterra ya se comenzaban a proteger los derechos, se denunciaban las detenciones sin orden judicial (Habeas Corpus) y el filósofo Thomas Hobbes propuso por primera vez que el origen del Estado fuera un pacto entre todos los ciudadanos. ¡En el siglo XVII! Poco después, a John Locke se le ocurrió que la soberanía emanaba el pueblo. Londres estaba a la vanguardia del mundo, y su Houses of Parliament era su bandera.
“London London” es un canto de libertad. Caetano Veloso la compuso en 1971 tras exiliarse por la intolerancia política de la dictadura en su país. El tema está compuesto originalmente en inglés y habla de lo genial que es pasearse por las calles sin sentirse amenazado al mismo tiempo que refleja una saudade por el terruño. Quizá sea una visión demasiado idílica de la ciudad, pero su música contagia y su positividad es digna de ser vivida mientras nos tumbamos en cualquiera de los parques de la ciudad a ver pasar la vida un sábado o domingo soleado. «While in my eyes, go looking for flying saucers in the sky».
«Common People», de Pulp.-
A mediados de los 90, los ingleses se creían el ombligo del mundo. Nada extraño, por otra parte. Los ricos eran el único foco de interés de un estilo de vida cada vez más elitista. La situación llegó a tal paroxismo que nació el turismo slumming: millonarios que pasaban sus vacaciones en fondas o tugurios para experimentar sensaciones de pobre y entrar en contacto con la vida de los más necesitados. Con su agudeza intelectual, Pulp compusieron esta magistral visión de una sociedad con una brecha cada vez más grande. Dicen que la griega en la que está basada la canción es real como la vida misma y que el propio vocalista, Jarvis Cocker, le dió los consejos que tan bien se narran en la canción. » I want to live like common people, I want to do whatever common people do. I want to sleep with common people, I want to sleep with common people like you. Oh, what else could I do? I said «I’ll see what I can do».
«Cemeteries of London» de Coldplay.-
A principios del siglo XIX, Londres pasó de tener un millón de habitantes a tener 2,3 millones. Este crecimiento provocó la proliferación de cementerios alrededor de las iglesias. Los campos santos comenzaron a extenderse por los suburbios y pronto se convirtieron en espacios para pasear y caminar. Los ricos construyeron mausoleos que se convirtieron en verdaderas joyas arquitectónicas. Hoy día, son dignos de visitar si se va a Londres. El más interesante es el de Highgate. Allí está enterrado Karl Marx, el científico Michael Faraday y la esposa de Charles Dickens. Tiene hasta una avenida egipcia, lo que demuestra el interés victoriano por los descubrimientos del país norteafricano. Otros serían los de Kensal Green, una copia del Pere Lachaise de París; y el de Nunhead que prácticamente es un espacio natural protegido.
La canción de Coldplay en realidad no habla de cementerios, sino que la utilizamos como excusa para comentarlos. Eso sí, detalla una de las épocas más misteriosas de la historia de Londres, la de mediados delo siglo XIX. Sombreros de copa, brujas sobre el Támesis y lluvia constante creaban un ambiente novelesco. La canción está grabada en una iglesia de Barcelona.
«Narcissist» de The Libertines.-
Oscar Wilde supo describir Londres como sólo Dickens hizo. En su obra «El Retrato de Dorian Gray», el Londres del siglo XIX aparece como un personaje más. Los edificios de la época victoriana se mantienen intactos y nos permiten sumergirnos en la historia de hace dos siglos. El Real Colegio Naval en Greenwich, la antigua Universidad o el cementerio de Highgate, son sólo algunos de esos lugares literarios. En Westminster todavía podemos caminar sintiéndonos caballeros victorianos. El mercado de Smithfield todavía guarda uno de los edificios más representativos del Londres romántico. «El Retrato de Dorian Gray» también describe el ayuntamiento de Chiswick, el edificio de la Royal Exchange, la antigua bolsa, y los Tribunales de Justicia de Londres.
«Narcissist» es una canción de 3 minutos en la que The Libertines critican duramente el mundo de la moda. La letra dice: “Ves modelos en revistas y letreros, quieres ser como ellos porque son tan cool. Son narcisistas, ¿no sería genial ser Dorian Grey por un día? ¿no sería fantástic ser Dorian Grey todos los días?”. Paradojas de la vida: Doherty tuvo un romance con Kate Moss, pero ésta lo dejó cuando lo vio inyectarse cocaína. No tan cool. Es una canción para ir saltando por Oxford Street y sacándole la lengua a las personas mayores.
Continua leyendo la segunda parte de Viajar a Londres a ritmo de rock II……
Continua leyendo la tercera parte de Viajar a Londres a ritmo de rock III……
Precioso post, José Ramón, me ha emocionado. Y la selección musical es brutal. Estaré atenta a los siguientes 🙂
Carmen, qué tu me digas eso me llena de orgullo. Queda lo mejor….
Un abrazo compi.
Genial! Me ha recordado también mi primera vez en Londres! Un viaje de fin de curso. Imagina lo que podía significar para un adolescente amante de la música de entonces: Todo el grunge, todo el punk y Metallica! Aquello fue otro mundo por vivir! Y sí, en mi maleta también viajó de vuelta un disco, que firmaron algunos compañeros en recuerdo del viaje, The Velvet Underground & Nico!
Algún día contaré en el blog una historia relacionada con Nico, la de la Velvet, y mi pueblo, Olivenza. Hasta entonces me guardaré el secreto solo para mí. Mientras Metallia y el Grunge se apoderaban del mundo, en Londres nacía el BritPop, algo menos irracional y más exquisito pero, para mí, mucho menos interesante. De aquella época británica me quedo con Stone Roses y Happy Mondays, ritmos vitales desposeidos de convenciones.
Un abrazo.
muy bueno, este post me ha tocado la fibra, porque viví 2 años en London…
¡Qué suerte! Si pudiera elegir, Londres sería el segundo sitio donde viviría una temporadita, justo después de San Francisco.
Un abrazo.
Inglaterra (especialmente Londres y Liverpool) es uno de esos lugares que sueño con conocer hace muchísimo tiempo. Y la razón es una sola: por el rock. Escucho a Los Beatles desde antes de nacer y son la banda que marcó mi vida y mis viajes. Nunca fui a Londres pero siento que conozco la ciudad a través de la música, a través de los videoclips, a través de los libros, a través de los films que la muestran o hablan de ella. Y ahora la conozco un poco más gracias a tu post. Me encantó. Gracias.
Pues cuando pises tierra londinense vas a estar como en casa. Es la ciudad con mucho ritmo, más que NYC. En Londres, es la elegancia del rock, en NYC la cadencia del blues.
Un abrazo, Aniko.
Fantástico JR. La forma en que describes todo en este artículo emociona. Desde la historia de tu amigo a la descripción de la esencia que hace que Londres sea la única gran urbe en la que me siento como en casa.
En cuanto a la selección musical, como decía Cármen, es fantástica, pero yo, porque me tocó vivirlo en ese momento adolescente en el que, como tú cuentas que hacías también, idolatraba Londres y soñaba con verla algún día, me quedo con Pulp. Y no solo con esta canción que de tan buena se me antoja ya manida, sino con todo su disco Different Class que es, en mi opinión, un manual sonoro de la sociedad inglesa como creo pocos antropólogos podrían hacer, desde la voluntad por ser alguien en un mundo tan exigente con la apariencia como el británico que se siente en Mis-Shapes hasta la decadencia de los locales que tanto me gustan de la ciudad en Bar Italia.
¡Me muero de ganas por leer el resto!
Me ha encantado José Ramón. No he pisado nunca Londres y gracias a ti ahora tengo una razón más para viajar allí. Yo tampoco puedo viajar sin música y hago mi selección para el camino antes que las maletas. Cuando por fin viaje a Londrés tendré muy en cuenta esta playlist.
Y ahora voy a ver la segunda parte …
Interesante artículo cargado de emoción y buenas dosis de rock. Sólo una corrección: AC/DC no son británicos, son australianos 😉
Esa es la eterna polémica….En Australia se creó el grupo pero ellos son británicos, más concretamente de Escocia. Además, ellos siempre se han considerado de las Islas y no australianos…De todas formas, está bien hecha tu apreciación porque no lo falta razón.