Parece que todo lo que viene del norte es como un cuento, y el camino de Nidaros, en Noruega, no lo es menos. El viaje que hoy se inicia y os vamos a contar en los próximos días podría comenzar así: Había una vez un rey llamado Olaf Haraldsson, más conocido en vida como Olaf el grande, y a su muerte como Olaf II el santo, que gobernó Noruega a comienzos del siglo XI. De origen vikingo, desde los 11 años de edad participó en todo tipo de saqueos y pillajes. Una vida que abandonó al llegar a Normandía, dónde se convirtió al cristianismo en la ciudad de Ruán. Al ser descendiente del rey Harald I, en cuanto volvió a Noruega fue reconocido como rey y desplazó a los nobles que regían el país. Entre otras medidas introdujo una administración central fuerte, completó la conversión, iniciada por Olaf I de Noruega y erigió iglesias por todo el territorio. Una vez fallecido, y según cuenta la tradición un ciego recobró la vista al frotarse los ojos con la sangre del rey. Los campesinos, habiendo visto que el cuerpo sin vida de su rey había obrado un milagro, lo sepultaron junto al río Nidelven, en Nidaros, llamada actualmente Trondheim. Su muerte fue calificada de martirio y desde entonces el pueblo comenzó a llamarle santo. Poco después, su féretro fue enterrado dignamente en el interior de una capilla que terminaría por convertirse en Catedral, la Catedral de Nidaros. No sólo se convirtió en el personaje más admirado de Noruega sino que miles de personas comenzaron a peregrinar a su tumba en busca de consuelo, ayuda y salud.
Como veis es una historia fantástica, en su más admirable acepción. Durante 400 años la ciudad de Trondheim fue lugar de peregrinación y en el verano de 1997 se volvió a abrir el antiguo camino desde Oslo a la Catedral de Nidaros. Desde entonces, son muchas las personas que han recorrido el que podríamos llamar «camino de Santiago» nórdico. La distancia a recorrer es de poco más de 650 kilómetros.
Viajes, Rock y Fotos emprende viaje espiritual y terrenal en busca del espíritu del rey Olaf. Será un recorrido por Noruega que tendrá su final en la catedral más boreal, una obra maestra del gótico nórdico. Es una ruta que traspasa lo común, veremos los mismos paisajes que contemplaron los peregrinos del medievo. La mayoría son antiguos caminos y senderos a través de bosques, praderas y altas montañas, y muy poco del recorrido discurre por modernas carreteras. La ruta ofrece una rica diversidad de paisajes y de monumentos por parajes históricos e inhabitados durante siglos.
Si queréis vivir en primer persona la Ruta os recomendamos leer el blog de Rafa Pérez, elfotografoviajero.com. Podréis ver todas las entradas sobre el viaje al camino de Nidaros y experimentar la sensación de ser un peregrino en Noruega.
Buen viaje compañero, os seguiremos de cerca!