Hervás, el puzzle del Ambroz

Visita Hervás

Al abrigo del frondoso valle del Ambroz hubo un tiempo en el que se elaboraba el vino más puro de Castilla. Cada 7 años (otra vez el 7), los Cohen, menudos y barbilampiños, recogían cuidadosamente la uva entera, sana y bien madura para elaborar el Kosher. Sólo un judio podía tocar y prensar el fruto para transformarlo en vino. Todas las herramientas y la maquinaria que entraba en contacto con el mosto debía ser limpiada bajo la vigilancia de un rabino. En el número 15 de la calle Amistad Judeo Cristiana se agolpaba la comunidad hebrea que, alborozada, no cesaba de bendecir. Allí se ubicaba un Lagar, elevado a la categoría de Templo, del que saldría un vino puro, dulce, ritual.

Aquella Hervás no se parece en nada a la de hoy, pero su esencia, pureza y estructura, como la del vino Kosher, permanece. Patrimonio natural y arquitectónico rivalizan en belleza y ortodoxia. Árabes, cristinos, judíos y conversos han aprovechado las abundantes aguas de las gargantas que riegan esta llana y amplia depresión para desarrollar un pueblo que dura hasta nuestros días. Las mismas aguas que aún nutren los bosques de castaños y los robles melojos.

La frondosidad de esta parte de la Sierra de Béjar se ha mimetizado con sus habitantes. Si algunos caprichos arquitectónicos han provocado puzzles urbanísticos, su gente no tiene ninguna complicación. Son sanos, extrovertidos y muy cercanos. Son gente de pueblo, de los que practican el «arriesgado» deporte de sacar la silla a la puerta de casa para tomar el fresco, de los que pegan la hebra con el de enfrente, y para los que hacer la compra equivale a ver el telediario local.

Hace ya muchos años que, estos mismos habitantes, no se dedican a la fabricación de muebles utilizando como principal materia prima los castaños de la serranía. Los antiguos talleres han dado paso a una creciente estructura turística. La decidida iniciativa de los ciudadanos de Hervás con el apoyo de la Junta de Extremadura ha convertido un reducto norteño en un destino de referencia para el turismo cultural y de ciudad, cada vez más empeñado en lo natural.

Sus 4000 habitantes llegan a doblarse en verano. Numerosos apartamentos de alquiler, algunos campings y más de 1,000 camas disponibles aseguran una estancia placentera y cómoda hasta para el viajero más exigente. Un antiguo convento de los Trinitarios convertido en Hospedería representa un opción económica y de una calidad excepcional.

Los Cohen y los Zarco, pero también los Escarpa, los Salvadiel y los Orabuena, entre otros, dieron forma a lo que hoy es la gran atracción turística de Hervás: su barrio judío. Entre sus laberínticas correderas vaga el alma de Maruxa, una judía que augura malos presagios al visitante, y la de Rabí que asesinó a su hija por acostarse con un joven cristiano. Las estrechas y tortuosas calles son caldo de cultivo para este tipo de leyendas. En el mismo escenario en el que encontraron desangrados a Rabí y Maruxa, la Fuente Chiquita, se celebra cada año «La Conversa de Hervás». El pueblo, cada final de junio, se convierte en escenario natural para contar cómo muchos judíos se convirtieron al cristianismo para no ser expulsados por los Reyes Católicos, aunque seguían manteniendo sus tradiciones y ritos a escondidas.

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Contemplación y relax se unen en la Fuente Chiquita. El rumor del agua en su esquivar pedregoso se confunde con el murmullo de algunos niños refrescándose. Jubilados, parados y algunos curiosos se reúnen en sus postrimerías para charlar con alegría sobre las noticias del pueblo. Ignoran a los turistas y sólo si ven alguno mirando el jeroglífico mapa de sus calles, se animan a entablar una útil conversación. Ese jeroglífico es el mismo que esconde el recorrido por mínimas casas de madera y castaño relleno de adobe.
Son casas típicas del norte cacereño, de dos o tres plantas y muy constreñidas a la estrechez de las callejuelas. Actualmente las ocupan en su mayoría personas mayores, aunque están comenzando a regresar al pueblo nostálgicos de la naturaleza y la buena vida que no les importa prescindir de algunas comodidades urbanas. Nos saludan tímidas al pasar por las angostas e irregulares callejas. Son las mismas casas que los hebreos abandonaron tras el decreto de expulsión de los Reyes Católicos y recuperaron en 1494 convirtiéndose previamente al cristianismo.

Llama la atención al viajero el uso de tejas en vertical para proteger las medianerías de las casas, sus habitantes dicen que funciona contra la humedad. Lo angosto y desordenado trae ecos del pasado de la que fuera una de las aljamas más importantes de Extremadura. En 1969 fue declarado conjunto histórico artístico.

El porte lo confiere su castillo templario convertido en templo de Santa María. Con unas bonitas vistas, la iglesia parroquial es orgullo y devoción hervasense. No podemos despedirnos del zigzag hebreo sin visitar dos galerías con distinto valor artístico pero indudable curiosidad: el Museo Español de la Moto y el Coche Clásico, y el el Museo Pérez Comendador-Leroux.

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Miles de años al abrigo de un frondoso valle, el del Ambroz, han guardado el secreto de Hervás. El mismo que los antiguos hebreos utilizaban para elaborar el Kosher, un vino que solo podía ser manipulado por judíos, dada su condición sagrada, pero disfrutado por todos. Las piezas encajan.

12 COMENTARIOS

  1. Exquisita redacción, me ha encantado!
    En Pontevedra hay una casa con la medianera cubierta en teja lo que ayuda a integrarla en el entorno de la zona monumental .Una solución sencilla, con materiales al alcance de cualquiera y que funciona.

    • En el caso de Hervás dicen que es por la humedad, las tejas ayudan a que no llegue con tanta facilidad a la cal de las paredes.
      Muchas gracias por tus palabras.

  2. Despues de visitar Hervas tantas veces me lo has hecho ver de una manera que nunca había visto. Gracias y enhorabuena por el artículo.

  3. Gracias por el articulo sobre Hervás, que me parece delicado y muy real, y que me ha encantado, pero quisiera puntualizarte un párrafo que creo que no se ajusta a la realidad totalmente. En concreto este:

    «Hace ya muchos años que, estos mismos habitantes, no se dedican a la fabricación de muebles utilizando como principal materia prima los castaños de la serranía. »

    He de confesar que la crisis en el sector es acuciante, pero de peores hemos salido. Soy hijo de ebanista y trabajo una empresa puntera hoy en todo nuestro entorno, con lo que he comido y sigo comiendo de la madera, y como no, del castaño;no en vano es uno de los castañares mas grandes y antiguos de Europa. Como yo, seremos mas de 100 familias, entre artesanos, cooperativas y fábricas de mediano tamaño, los que vivimos de este oficio, y no trabajamos solamente para Hervás, sería inviable; trabajamos para Galicia, Pais Vasco, Cantabria, Madrid, las dos Castillas,… para casi toda España y algún trabajo realizado en el extranjero. Tambien trabajamos para empresas nacionales de juegos recreativos, empresas de decoración nacionales…

    En fin, está claro que vivimos del turismo, (yo también) y que hay crisis en el sector de la madera, pero ha sido sustento y esperamos que lo siga siendo.

    Gracias y espero que no te moleste, no era mi intención.

    • Te agradezco muchísimo que te hayas aclarado el tema de las fábricas de muebles en Hervás. Lo que transmito en el blog es fruto de algunas conversaciones en el pueblo y también de algunas lecturas. El blog, a diferencia de las revistas o los libros, son textos vivos que se nutren de los comentarios de sus lectores.

      Ni que decir tiene que estamos a vuestra disposición y que es un honor que os haya gustado el artículo que con tanto cariño hemos preparado.

  4. Bendiciones.

    Muchas gracias por el artículo. Aun no he tenido la oportunidad de visitar España pero espero poder hacerlo pronto. Los paisajes son muy parecidos a los que existen en mi país. Otro lugar al que recomiendo darse unas escapadas es Uruguay.

    Saludos.

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