
Si Eddard Stark existiera habría vivido en Irlanda del Norte. Si hubiera que localizar las islas del hierro en un mapa real, no hay duda de que apuntaríamos con el dedo a la isla esmeralda. Si hubiera un lugar donde los hechizos de Melisandre se pudieran convertir en realidad, nadie mejor que un irlandés para contarlo. Si el Juego de Tronos tuviera un tablero ese sería Irlanda del Norte.
La más completa ruta de Juego de Tronos por Irlanda del Norte
Escojamos un lugar con mar, acantilados de vértigo, castillos de postal, praderas de un verde refulgente, bosques aterradores, emboscadas sin salida, lagos de aguas tranquilas y fortalezas que se conviertan en ciudad. Eureka: Irlanda del Norte. Eso debieron pensar los productores de Juego de Tronos al intentar localizar la magna obra de George RR Martin, Canción de Hielo y Fuego, para la pequeña pantalla. En la parte más septentrional de Irlanda del Norte se localiza el 80% de los escenarios que aparecen en la exitosa serie de HBO.
Un roadtrip nos va a llevar a través de algunos de los escenarios de Juego de Tronos en Irlanda del Norte. Al mismo tiempo nos permitirá contemplar la belleza del paisaje, empaparnos de la cautivadora embriaguez de sus pueblos y compartir el alborozo de sus gentes.
Ruta Juego de Tronos por IrlandaToggle Table of ContentToggle
Belfast, la desconocida.-
Belfast es una ciudad que ha sabido curar las heridas de la guerra fraticida entre católicos y protestantes. Hoy sacan lustre a aquella historia y se presentan como un pueblo reluciente y con un progreso que a veces deja girones por el camino. El amplio y bello barrio universitario de Queens contrasta con las callejuelas del Cathedral Quarter. El majestuoso edificio del Ayuntamiento de Belfast engalana un centro lleno de pubs clásicos pero también de cafeterías, restaurantes y locales algo más chic.
El Titanic Quarter, a orillas del río Lagan, pretende revitalizar y ofrecer al visitante una experiencia única lejos de los sangrientos atentados y espeluznantes opresiones policiales que pusieron durante décadas a la capital de Irlanda del Norte en el mapa geopolítico. Y, para aprender de los errores qué mejor que un paseo por el muro que separaba a las dos facciones religiosas entre Shankill y Falls Road y que irónicamente las autoridades llamaron Peace Line.

Nos alojamos en el Hotel Europa, un lugar con historia. Todavía se conserva la metralla en la fachada. Enfrente, The Crown, el pub más mítico y rococó de toda la ciudad. Situado en Great Victoria Street, el Europa es ahora un moderno hotel donde muchos novios de Belfast deciden celebrar su boda y el lugar elegido por Van Morrison para tocar en lo que será su celebrado regreso en diciembre a su ciudad natal.
Ya lo sé, en la capital de Irlanda del Norte no hay ningún escenario de la serie Juego de Tronos. Sin embargo, es la mejor opción a utilizar como campamento base para nuestro recorrido. De todas formas, la afirmación anterior no es del todo cierta ya que en unos estudios de la ciudad se han grabado muchísimas escenas de Juego de Tronos pertenecientes a las distintas temporadas.
Glenarm, las joyas de los 7 Reinos.-
Salimos temprano de Belfast en busca de los hitos que forman parte de las localizaciones de Juego de Tronos, mientras el cielo se llena de nubes negras que tapan los tímidos rayos de sol. Cogemos la M2 dirección Larne para adentrarnos en el condado de Antrim. Por el camino, colinas salpicadas de altos árboles entre parcelas cultivadas y pequeños cottages nos salen al paso. Glenarm es la primera de las nueve cañadas situadas a lo largo de la Carretera Costera de Antrim, una zona de excepcional belleza natural y que recorreremos durante esta búsqueda de escenarios e imágenes sin actores de Juego de Tronos.

A la entrada del pueblo, junto a la oficina de Turismo, nos saluda Steensons Workshop and Gallery. «Hemos hecho más de 40 piezas para la serie, desde la corona de Cersei hasta la tiara de Margery o el collar sorpresa de Sansa que acabó con la vida del malvado Joefrey. Todos siguiendo los diseños de la productora», nos cuenta Rossie McNally perteneciente a la segunda generación de joyeros Steensons. Algunas de las obras se exponen en delicadas vitrinas adornadas convenientemente con fotogramas de la serie. Están a la venta y es posible adquirir alguna réplica hecha de plata y oro antiguo. Es la mejor manera de llevarse puesto un recuerdo de la Irlanda del Norte de Juego de Tronos. «Uno de los dueños es el mejor amigo de uno de los responsables de vestuario de la serie así que cuando se buscó a un joyero para que hiciera las réplicas pues el primero en quien pensó fue en él», nos desvela Rossie..
Se cree que Glenarm es la localidad más antigua a la que se le concedió carta de ciudad en el Ulster. Su trazado urbano todavía conserva la esencia de los años antiguos. De hecho tiene más de 50 edificios protegidos, entre los que destaca el castillo, residencia de los vizcondes de Dunluce.
Glenariff, el Nido de Águila
Tomamos la carretera de la Costa con el mar hacia la derecha. Nos dirigimos a Laragh Lodge, bordeando el perfil de la isla. Junto al Larah Lodge, una especie de hotel rural de madera y de estilo tradicional se abre un bosque espeso lleno de rutas senderistas, cascadas y veredas empinadas, todo teñido de verde esmeralda. Árboles gigantescos cobijan este parque natural al que casi no llega la luz. En Glenariff, Lord John Royce se convirtió en tutor de Robin Arryn, señor del Nido de Águilas, y Sansa Stark y Meñique observaron sus esforzados intentos con la espada.

Durante nuestra visita nos cruzamos con dos grupos de familias con niños. Ninguno de ellos parecía muy interesado en las escenas de Juego de Tronos, más bien en arrojar piedras al agua o en descubrir algún misterioso animal entre la maleza. Los que conocen bien la zona dicen que es el glens más frondoso y bello de la zona. El escritor V.M.Thackeray dijo al verlo que “era una Suiza en miniatura”.
Cushendun, una cueva en Bastión de Tormentas.-
Pasando Cushendull, un pequeño pueblo costero de calles empinadas con gran afición por la country music, tomamos el punto de partida de la Causaway Costal Route, la ruta que bordea toda la costa en lo que a veces se antoja un ejercicio digno del Circo del Sol entre mar y tierra. A muy pocos kilómetros está la aldea de Cuhendun. Siglos antes de que se construyera esta villa, Cushendun era un lugar de desembarco seguro y puerto para los viajeros frecuentes entre Irlanda y Escocia. Seguramente sus cuevas eran también lugar de refugio para náufragos y piratas. Formadas hace más de 400 millones de años, son fácilmente accesibles a pie desde el pueblo. En este entorno caprichoso y a veces da la impresión que traicionero, Davos Seaworth trae a la bruja Melisandre. La sacerdotisa roja da a luz entre columnas de piedra, arena y agua a una criatura sombría. Por orden de Stannis Baratheon su misión será matar a su hermano Renly.

Melisandre invoca al Dios de la Luz para allanar el terreno hacia el Trono de Hierro de su rey, Stannis Baratheon. Nosotros, nos encomendamos a los hados de la automoción para recorrer la Torr Head Road, una carretera que circula por un promontorio rocoso entre Cushendun y Ballycastle.
La ruta que nos aproxima al punto más cercano entre Irlanda y Escocia. También llamada la montaña rusa o el abrazo costero, la carretera de Torr Head ofrece impresionantes vistas del mar hasta Mull of Kiritre y la Isla Rathlin. Aunque el cielo estaba encapotado, el viento había cesado de embestir por lo que nos decidimos a hacerla. Son unas 15 millas que hay que recorrer sólo si el tiempo acompaña.
Murlough Bay, la bahía de los esclavos de Essos.-

A medio camino de la Torr Head Road advertimos una joya escondida: la Bahía Murlough a la que se llega por una inclinada pendiente. Este impresionante tramo de costa de Irlanda del Norte fue elegido para varias localizaciones de Juego de Tronos, algunas sin relación entre sí. Por ejemplo, es el lugar del infeliz encuentro entre Tyrion Lannister y Jorah Mormont con unos traficantes de esclavos camino de Meereen durante el episodio 6 de la quinta temporada.
Y en las cretas que coronan la bahía de Murlough, en un paisaje de praderas verdes Stannis Baratheon, que se ha proclamado a sí mismo el verdadero rey al Trono de Hierro, le pide a su hermano Renly, coronado monarca con el apoyo de la Casa Tyrell, que se una a él. La conversación hace aguas cuando Renly se vanagloria de tener el ejército más grande. Stannis toma las riendas de su caballo y da media vuelta mientras Melissandre advierte a Renly que tenga cuidado porque «the night is dark and full of terrors«.
La tortuosa carretera de Torr Head (no tiene nada que ver con el martillo del héroe de cómic, hasta donde yo sé) tiene su fin en Ballycastle (la ciudad del castillo) un pequeño pueblo con fama de ferias productivas y populosas. Entre ellas destaca la Feria Ould Lammas Fair que data del siglo XVII y tiene lugar todos los años el último lunes y martes de agosto. El dulce (una especie de alga roja) y el yellow man (un tipo de caramelo) son sus especialidades para el paladar. Se pueden probar en el Ursa Minor Bakery, su mejor emblema gastronómico.
Ballycastle también es el punto de partida y llegada de los ferrys que van y vienen a la Isla de Rathlin, un tesoro oculto. Tiene forma de “L”y apenas mide unos 9 kilómetros de largo por 1,5 de ancho. En ella habitan alrededor de 140 personas. Más de 250.000 aves marinas retornan cada año a la isla en la época de cría. Abundan los fulmares y frailecillos. Y los mitos y leyendas, como la de Robert de Bruce, quien tras ser expulsado de Escocia por Eduardo I de Inglaterra, se refugió en una cueva de Rathlin, donde se inspiró al comprobar la tenacidad que ponía una araña.

La isla también se ve desde el Garrick-a-Rede, perteneciente a la vecina localidad de Ballintoy. Los antiguos pescadores solían construir un puente de cuerda hasta la isla de Carrick-a-Rede para revisar sus redes de salmones. En la actualidad es una atracción turística de mucho éxito a tenor del gentío que poblaba desde el aparcamiento habilitado hasta el propio puente. Salva el abismo de unos 30 metros entre los acantilados y la pequeña isla de Garrick-a-Rede a través de una estructura colgante de 20 metros de largo por 1 de ancho. No apto para personas con vértigo y en días de viento, cuando éste pega fuerte se cierra. La recompensa son las fascinantes vistas de la Costa Norte.
Ballintoy, las Islas del Hierro.-

Ballintoy (del irlandés Baile an Tuaigh) que significa “la localidad del norte” es una aldea del condado de Antrim compuesta de unas cuantas tiendecitas y dos iglesias. El puerto se encuentra al final de una carretera muy pequeña y empinada. Al lado se encuentra la playa.
El nombre de la Bahía de Ballintoy se ha convertido en sinónimo de Pyke y las Islas del Hierro y fue utilizada como escenario de Juego de Tronos por primera vez cuando Theon Greyjoy vuelve a las Islas del Hierro en busca del favor de su padre, Balon, para que sus barcos se unan a la causa de Robb Stark en su lucha por el Trono de Hierro. El chasco que se lleva Theon al arribar en la bahía de Lordsport es tan grande como la belleza de este pequeño y misterioso enclave.
Allí se encuentra con su hermana Yara. La playa cercana también ha sido usada como escenario natural cuando Theon reafirma su lealtad a la familia y es bautizado en la religión del Dios Ahogado. Pero no sólo aquí se ha ambientado Pyke o las Islas del Hierro. Esta bahía y su playa también han sido utilizadas para representar parajes de Rocadragón en la cuarta temporada de la serie de HBO.
Desde allí hay que acercarse a ver la playa Whiterocks. Abrazada al mar por unos acantilados de piedra caliza que se extienden desde Curran Strand hasta el Castillo Dunluce, está llena de cuevas y arcos laberínticos que ha tallado el mar durante siglos. La cabeza de Shelagh, el Arco de los Deseos, la Roca del Elefante y la Pata del León son algunas de las formas que se pueden distinguir elevándose por encima de las aguas del océano.
La Calzada del Gigante, quizá demasiado reconocible.-

Uno de los emblemas de Irlanda del Norte no ha aparecido aún en ningún capítulo de Juego de Tronos pero no sabemos si los productores de HBO la elegirán para algún cameo en la octava temporada. Lo cierto es que la Calzada del Gigante es ya demasiado reconocible para representar un lugar de ficción. No obstante su grandiosidad y su especial conservación al ser Patrimonio de la Humanidad, el único paraje natural con esta catalogación en todo Irlanda del Norte, complican demasiado el rodaje allí. Pero la Calzada del Gigante, en Bushmills, es paso obligado en nuestra ruta irlandesa de Juego de Tronos.
Versión original: hace más de 60 millones de años, lava líquida se enfrió de forma repentina al contacto con el agua, formando un paisaje de columnas hexagonales de basalto. No es de extrañar que los antiguos moradores de esta zona creyeran que fuera obra de gigantes.
Versión irlandesa: narra que un gigante irlandés construyó una pasarela sobre el mar para enfrentarse a un gigante escocés. Ambos gigantes durante la pelea se asustaron y volvieron cada uno a su país destrozando lo que se encontraron al paso. El resultado es la calzada del Gigante en Irlanda y la isla de Staffa en Escocia, de formaciones rocosas similares.
Sea como sea, es una de las razones que motiva a hacer un viaje como éste por la costa, persiguiendo vértigos, sobrecogedores paisajes y emociones tras cada curva. Hoy está el mar embravecido y la espuma blanca llega a mojar a algunos turistas. El sol empieza a ocultarse y pienso cómo la naturaleza puede a veces formar caprichos como éste. Piedras que al mismo tiempo son delicadas y que el mar a veces acaricia y a veces golpea.

Sin salir de Bushmills, el castillo de Dunluce saluda al viajero desde el borde mismo de la orilla. Esta fortaleza medieval está rodeada de impresionantes paisajes, y se eleva sobre los restos de un antiguo fuerte. Su historia data de la época de los primeros cristianos y vikingos.
Portstewart Strand, la costa de Dorne.-
Entre el pueblo de Portstewart y la desembocadura del río Bann se esparce la dorada arena y las sobresalientes dunas de Portstewart Strand, una zona de una belleza natural impresionante y de un interés científico evidente. Es una de las mejores y más finas playas de Irlanda del Note y ofrece unas vistas del promontorio de Inishowen y el Mussenden Templen colgado en lo alto de los acantilados.
Aunque Jaime y Bronn creen que van a pasar desapercibidos en Dorne cuando son enviados a rescatar a la joven Myrcella, no será así. Ellaria Sand y las hijas de Oberyn Martell, las Serpientes de Arena, planean en secreto en esta playa la venganza y cómo empezar una guerra contra los Lannister.
Downhill Beach, Rocadragón.-

Y en otra playa algunos kilómetros al oeste, en Downhill Beach, tiene lugar una de las escenas con más significado de toda la serie. Stannis Baratheon influido gravemente por la bruja Melisandre ordena quemar las efigies de los Siete Dioses y abrazar la religión del Díos de la Luz, único señor para su fiel y astuta consejera. Downhill es parte de un tramo de 7 millas de arena en una playa surfista en la que además hay unos paseos con vistas maravillosas. Sobre la playa también se puede contemplar el Mussenden Temple, como antes mencionamos que también era posible desde Portstewart. Desde la misma playa se puede subir al templo, un edificio casi en ruinas pero desde el que se pueden vislumbrar los condados de Derry, Donegal y Antrim.
The Dark Hedges, el Camino Real.-
Los Dark Hedges son uno de los fenómenos naturales más fotografiados en Irlanda del Norte y una atracción popular en todo el mundo. Esta hermosa avenida de hayas fue plantada por la familia Stuart. Después de 200 años, los árboles siguen siendo un espectáculo magnífico y han pasado a conocerse como los Setos Oscuros. Se dice que la Dama Gris (The Grey Lady), un espíritu procedente de un cementerio abandonado, se aparece al atardecer entre los árboles.
Pues bien, su espectacularidad es todavía mayor en las tomas aéreas y con la ambientación de Juego de Tronos. Arya Stark escapa de Desembarco del Rey después de la desafortunada desaparición de su padre. De regreso por el Camino Real travestida en un chico, Arya forma parte de los nuevos reclutas de Yoren, junto con Hot Pie y Gendry, para la Guardia de la Noche.

The Dark Edges se encuentra de regreso a Belfast, muy cerca de Stranocum en el condado de Antrim y está perfectamente señalizado para el viajero. En enero de 2016, una tormenta barrió la región derribando algunos de los famosos árboles. La madera de los hayedos caídos fueron salvados y transformada en obras de arte en la forma de 10 intrincadas puertas. Utilizando símbolos y escenas clave de la serie, las puertas cuentan la historia de la sexta temporada. Se pueden encontrar en locales, pubs y restaurantes a través de Irlanda del Norte. Con un pasaporte que hallarás en cada una de estos locales, se puede seguir la ruta de Juego de Tronos estampando en cada una de las puertas un sello que va más allá de un pedazo de tinta para convertirse en una experiencia única.
Castle Ward, Winterfell.-
Dejamos para el día siguiente uno de los platos fuertes de la ruta. Hace sol y parece que las nubes no amenazan demasiado un día con sol que se refleja sobre unos verdes intensos. Pero el tiempo en estas latitudes es cambiante. Cruzamos los dedos mientras ponemos rumbo al sur de Irlanda del Norte. Una hora después llegamos a Castle Ward, un lugar con mucha personalidad situado a orillas del lago Strangford.
Esta hacienda del siglo XVIII tiene más de 300 hectáreas y un emplazamiento magnífico sobre la bahía. La propiedad cuenta con un museo de lavanderías victorianas; un centro de interpretación de la flora y la fauna; una torre del siglo XVI; y el castillo de Audley, una torre-residencia del siglo XV. La imponente mansión se construyó para lord y lady Bangor. Sus muy distintos gustos derivaron en esta excéntrica residencia campestre, y mas tarde, en su divorcio. Bienvenidos a Invernalia.

En sus estancias nos recibe lord William, uno de los socios de la empresa Winterfell Tours, los que más saben sobre el rodaje de la Juego de Tronos en Irlanda del Norte. William viste traje negro, sobrevesta y botas negras. Lleva cincho con hebilla de color oro. Tiene el pelo blanco, los ojos azules y una perilla de chivo también del color de la nieve. “En Castle Ward se rodó casi íntegro el primer capítulo de Juego de Tronos”, nos dice mientras muestras fotos de varias escenas. Los tours que organizan, que cuestan desde 160 euros en adelante, incluyen vestimenta para la ocasión, ejercicios de arco en el patio de armas de Invernalia y la visita a los escenarios más recónditos de los alrededores y de algunas localidades más o menos cercanas.
En esta hacienda, por ejemplo, los productores localizaron el primer camino real o el primer árbol de dioses que luego fueron desechados. Sin embargo construyeron una Invernalia en las caballerizas de Castle Ward que conllevó sólo algunas precisiones digitales. En los alrededores, junto al lago Strangford, también fijaron sus ojos los productores de Juego de Tronos. De hecho, el promontorio del castillo de Audley sirvió como modelo para la mansión de Walder Frey en los Gemelos y también se convirtió en un barrizal cuando se asentó el campamento de Robb Stark.
Más abajo, en una vereda que rodea el lago y que se mete entre árboles que parece que se van abalanzar sobre el viajero se ubicaron algunas de las ahorcadas con las que se topan Jaime Lannister y Brienne de Tarth. En fin, multitud de escenarios que William muestra con un interés y una pasión digna de elogio.
Tollymore Forest Park, donde todo comienza.-
Nos movemos algo más hacía el sur de Irlanda del Norte para localizar otras escenas de Juego de Tronos. En este caso llegamos al parque natural de Tollymore, un lugar para el disfrute de la familia pero también para gozar de la soledad que producen las espesuras, el sonido del agua fluyendo sin medida y las miles de columnas formadas por pinos tan rectos que parecen trazados con regla. A 3 kilómetros de Newcastle, a los pies de las montañas Mourne, el Tollymore Forest Park tiene una iglesia, grutas, cuevas, puentes y senderos de piedra sobre el agua.
Aquí fue donde Ned Stark encontró a un ciervo con unas heridas salvajes producidas por un lobo huargo, el emblema de su casa. Muy cerca, el cadáver de la loba guardaba 6 cachorros que finalmente cada uno de los vástagos de la familia decidió quedarse.

Y a pocos metros de allí, un bosque de abetos que se tuvo que llenar de nieve artificial para la ocasión, sirvió de escenario más allá del Muro. Con una imagen imponten y aterradora arranca la serie cuando varios exploradores de la Guardia de la Noche se topan con los Caminantes Blancos.
Con el frío todavía en el cuerpo regresamos a Strangford, un pequeño pueblo separado de Portaferry por un lago de agua dulce. Nos alojamos en The Cuan, un guest inn confortable y desde el que se oye el ruido de las gaviotas de noche y de día. Mientras degustamos una cerveza Guinness, su dueño, Peter, nos cuenta historias de los actores que se alojaron aquí mientras grababan las escenas en Castle War. Al término nos obsequia con el mismo menú de bienvenida al Rey Robert Baratheon a su llegada a Winterfell.
Por la noche, el aire y la lluvia golpean contra la ventana, y en nuestras cabezas resuenan una y otra vez las notas de Ramin Djawadi, desde ahora inseparables de los paisajes abruptos, difíciles, indómitos y, desde hoy también familiares, de Irlanda del Norte.
Bendiciones.
La verdad es que Irlanda es uno de los países más fascinantes para visitar, especialmente en el Festival de San Patricio.
Irlanda es un lugar muy lindo, sobre todo la calzada del diablo, jajaja y su historio de ls gigantes
La verdad es que sí. Toda la isla de Irlanda es un sitio fantástico. Siempre digo que si me tuviera que elegir un país para vivir ese sería Irlanda. Me encanta. Muchas gracias por pasar y comentar.
Este verano hicimos toda la familia un roadtrip con nuestra camper por todo Irlanda. Después de Dublín seguimos por Irlanda del Norte recorriendo la Causaway Costal Route y parando en muchos lugares que describes en el post. Simplemente FLIPAMOS en mayusculas. Para los seguidores de Juego de Tronos, un verdadero santuario. Nos encantó. Un lugar para dedicarle muchos, pero que muchos días para sacarle todo el jugo.
Es un lugar fantástico. Irlanda del Norte tiene un encanto especial y muy muy acogedor. Sus canciones, sus poetas, sus paisajes…..en fin que me encandila toda la isla. Un abrazo y muchísimas gracias por pasar y comentar.