Sorpresa es sinónimo de Valladolid provincia. Pasado atractivo, cultura tradicional, folklore accesible y gastronomía en alza riegan los 225 pueblos que la conforman. Debajo de una imagen seca y árida se esconden lugares literarios como Urueña, a lo Braveheart como Tiedra o profundamente romanos como las Villas del siglo IV. 225 pueblos que son como las 225 cajas de bombones de Forrest Gump, dulces a base de uva, queso y cereal. Al principio es normal sentirse desorientado, hasta que le vas cogiendo el gustillo a tanta carretera y horizonte infinito. «La cultura se crea en los pueblos y se destruye en las ciudades», decía Miguel Delibes. Pues bien, de eso está hecha esta tierra, de cultura con mimbres, la que hace la gente llana y sencilla, la que nos pertenece y revoluciona el mundo. Aquí Valladolid provincia, aquí un viajero.
1.- Los pinchos de lechazo.- El Mesón Los Doce Arcos es el Can Roca del lechazo. Su delicatessen son los pinchos de Traspinedo. Una exquisitez a base de lechazos de raza churra alimentados únicamente por leche materna y asados en brasas de sarmiento de vid. Su elaboración conlleva un ritual que hay que ver en directo, con un buen vino de Ribera del Duero en la mano.
La plaza dedicada a Hans Christian Andersen en Urueña2.- Las librerías de Urueña.- En Urueña hay casi más librerías que habitantes. Es la única Villa del Libro que existe en España y además de sus 9 librerías (de viejo, especializadas, genéricas…), también cuenta con el centro e-LEA Miguel Delibes, un espacio para la lectura y la escritura (incluso hay cursos de caligrafía); varias salas de exposiciones; una librería enoteca; y la tienda que suministra los juguetes de época a la serie Amar en tiempos revueltos. Y si todo eso fuera poco, desde su muralla hay unas vistas del mar de Castilla, los campos de cereales, a prueba de soñadores.
3.- El Observatorio de Tiedra, su alcalde y un castillo.- Ojalá el alcalde de todos los pueblos fuera historiador. Mejor nos iría a todos, eso seguro. A lo mejor los habitantes de Tiedra, de donde es regidor Nunilo Gato Pérez, no están de acuerdo pero el caso es que en un pueblo de poco más de 300 habitantes no es fácil haber reconstruido un castillo de principio a fin, conseguir la construcción de un Centro Astronómico con 2 planetarios y tener uno de los mejores alojamientos rurales de la provincia. Lo mires por donde lo mires, Tiedra se hace imprescindible en una ruta por Valladolid.
Siempre es de noche en el Centro Astronómico de Tiedra4.- Fernando, el del huerto de la Espina.- Ver a Fernando servir los platos en su restaurante El Rincón del Labrador es un espectáculo. Cada plato va acompañado de la retahila de ingredientes y su procedencia: «los tomates son de mi huerto, el queso está hecho con la leche de cabra que me vende un amigo, el flan lo ha hecho mi suegra que esta mañana ha madrugado….» y así todo lo que pidas. Esto es una trazabilidad y no la que recomienda el Ministerio de Agricultura.
5.- Museo del Pan en Mayorga.- No hay nada más tradicional y folklórico que el pan. En cualquier lugar que vayas encuentras el suyo, las variedades son infinitas y sus aportaciones saludables son indiscutibles. En Mayorga, hay un museo dedicado al pan que, además de alimentar, determina el paisaje y aporta desarrollo y riqueza a estas tierras. Quizá lo más interesante sea explorar la posibilidad de hacer tu propio pan, una manera de valorarlo la próxima vez que te lo lleves a la boca.
6.- El Canal de Castilla.- Todo fue un sueño, pero esta vez se hizo casi realidad. Lo que en el siglo XVIII la ilustración creó para tener una red de canales de navegación para transportar lanas, cereales o vinos, ahora es un lugar de recreo frondoso y tranquilo. Desde Medina de Rioseco se puede practicar piragüismo, ciclismo, navegar en un barco turístico, o simplemente pasear hasta el cuerpo aguante mientras las calmadas aguas del Canal reflejan los arbustos que jalonan el paisaje y salen a nuestro encuentro construcciones hoy en desuso.
7.-Museo de las Villas Romanas.- Es una de las joyas de la corona vallisoletana. Dentro de una nave gigantesca se esconde la Villa de la Amenara-Puras. Es una casa agrícola, una especie de cortijo del siglo IV, formada por más de 30 estancias y en la que aún se conservan algunos mosaicos y colorido en las paredes. Aunque figurar la vida en estas ruinas no será difícil, el Museo lo pone sencillo recreando esa vida, de manera teatralizada en una casa aledaña.
8.- Los vinos de Ribera del Duero.- El vino llena los campos de esta parte de Castilla. El Duero riega las viñas de algunos de los caldos más interesantes y reconocidos. Es el caso de Comenge, una bodega en las faldas del precioso pueblo de Curiel de Duero, que combina el interés por la elaboración del vino con las rutas turísticas por la zona. Para los más sibaritas está el hotel Abadía Retuerta Le Domaine, suites a 800 euros con derecho a mayordomo. Lujo en un monaterio del Siglo XII. Y para los entendidos reservamos Dehesa de los Canónigos, una bodega fundada hace 26 años, después de que Luis Sanz, su propietario, decidiera comenzar a vender su propio vino. La uva no sería muy mala, ya que entre sus compradores estaban Vega Sicilia.
9.-A los pies del Mudéjar.- Lo que en principio podría resultar una idea descabellada: un parque para niños inspirado en el arte mudéjar, se convierte en Olmedo en su principal reclamo turístico. Este pueblo vallisoletano que Lope de Vega puso en las páginas de su novela El Caballero de Olmedo y más tarde situó en el mapa, cuenta con el único lugar en el que arte mudéjar y diversión se funden haciendo un ambiente de ocio y descanso ideal para la familia.
10.- El Coso de Peñafiel.- Todo el mundo conoce el castillo de Peñafiel, allá en lo alto dominándolo todo. Pero yo prefiero que os bajéis al suelo, al terreno, a la plaza del Coso. Construida en la Edad Media, aunque fue ideada para la celebración de torneos medievales hoy sirve de lugar para la suelta y corrida de toros. Sus aparentes casas sólo son fachada y balcón para disfrutar del espectáctulo, por eso el resto del año permanecen cerradas. Del 14 al 18 de agosto, durante las Fiestas de Nuestra Señora y San Roque, es un hervidero.
Buenos días Álvaro,
Muy interesante de principio a fin. Espero que disfrutaras de la ruta por estas tierras. Un saludo!
Y los vinos de Rueda! 😉
Bueno si estás por Valladolid y estar entretenido, adrugando un poquito eso sí… Puedes partir de Valladolid, para a ver el Osario de Wamba, continuar camino parando a ver el Castillo de Torrelobatón donde se grabó El Cid (Charlton Heston y Sofía Loren) con El aula temática sobre la revelión comunera y un pequeño museo fotográfico sobre el rodaje de la película. Continuas carretara parando en San Cebrián de Mazote donde se puede ver una iglesia mozárabe preciosa y llegar a comer y pasar la tarde paseando por Urueña. Son apenas 60 km llenos de historia y cosas que ver