Psss, pasa, pasa pero no hagas ruido. No levantes demasiado la voz si acostumbras a leer en alto, lo que te voy a contar es un secreto. Si alguien pregunta después, invéntate una excusa, dile que no sabes, que has oído algo pero que, por ejemplo, no sabrías bien como llegar. También puedes negarlo, decir que no te lo crees, que se equivocan quienes hablan de ese lugar, que una zona tan árida es imposible que desprenda tanta ensoñación. En fin, hay que hacer todo lo posible para conseguir que siga siendo un lugar ignoto.
Ahora que ya estás listo, te diré que vamos a viajar hasta un sitio donde reina la paz y la tranquilidad. Está muy cerca de Amman, a una hora en coche, al lado del Mar Muerto y junto a la ciudad mosaico de Madaba. O sea, desde cualquier punto turístico de Jordania hay un acceso de poco tiempo por carretera. Ya puestos, te recomiendo seguir la carretera del Rey, para poder admirar la Reserva Natural del Mujib. Y evita venir un viernes de primavera u otoño porque se llena de jordanos.
Pero no te apresures, tómate tu tiempo para pensar y disfrutar del momento. Hagamos esto aún más agradable. Sígueme, lleva contigo una toalla para el sudor, sobre todo si vas en verano porque bajar a 264 metros el nivel del mar te sofocará, pero no te preocupes solo tienes que hidratarte bien y procurar alejarte del sol durante las horas que rodean el mediodía. Las imponentes montañas te observarán, pero no te asustes. Desde que estuvo por aquí el Rey Herodes son un poco reacias a los humanos. Sus manantiales acarician y forman su estructura. Observa como cae el agua, ahora cierra los ojos y escucha su cadencia ¿no te relaja? Sí, se respira un apacible aire de serenidad.
Ya puedes abrir los ojos: Bienvenido a Hammamat Ma’in, uno de los secretos mejor guardados de Jordania, un dije del Oriente Medio. En Petra, un guardián del Tesoro, me llegó a confesar que la puerta que vigilaba debía su nombre a este paraíso natural. ¿Ves eso? Son aguas termales que pueden alcanzar los 60º y que circulan por este amplio cañón convirtiendo su aspecto hosco y seco en bandera del relax. Ahora que ya conoces Hammamat Ma’in voy a contarte algo más.
Los romanos comenzaron a explotar esta maravilla natural. Fueron el origen de todo, luego vinieron los resorts. Gracias a ellos tenemos saunas naturales y manantiales en los que podremos averiguar nuestra temperatura de cocción. En Hammamat Ma’in, el agua que ves fluir, e incluso si te acercas con cuidado a la tierra, puedes oír silbar, se mezcla en su recorrido subterráneo con corrientes volcánicas que alcanzan altísimas temperaturas.
Sorprende encontrar un oasis de lujo en un lugar donde el 80% es desierto. Paradojas de la vida, amigo. Y ese el hotel donde me alojo. El Evason Ma’in Hot Springs, de la cadena Six Senses. Desde aquí puedes comprobar como se integra en el paisaje manteniendo un absoluto respeto por el medioambiente y por la comunidad. Mi habitación, como todas, tiene vistas a las aguas termales, sala de estar con juegos de mesa, una pantalla plana de 32 pulgadas, etc.
Creo que no he dormido mejor en mi vida. Una cama mullida, fresca y envolvente en una paz silenciosa no se tiene todos los días. Luego iré a cenar a alguno de sus restaurantes. Parece que el que tiene mejor pinta es el que está situado en lo alto del acantilado. Más que nada porque desde allí se puede disfrutar del atardecer mientras degustas exquisitos platos árabes con productos de los jardines y huertos orgánicos del hotel. Se me ha olvidado decirte que el Evason practica y fomenta la Slow Life.
Quizá te estoy dando demasiado información, no quiero que estreesarte. Para demostrártelo ahora bajaremos hasta el Spa. Está justo debajo de una de las cascadas de agua termal. Puedes elegir una amplia variedad de tratamientos, todos ellos a cargo de expertos terapeutas. Te dejo que vayas pensando cuál prefieres mientras disfruto de su piscina en el área de relajación.
Luego podemos ir al cine de verano que hay en sus instalaciones o tumbarnos a leer en su acogedora biblioteca. Pero si me dejas elegir prefiero observar todas las estrellas del firmamento y cómo reluce a lo lejos, como si de otro astro se tratara, Jerusalén. Y si te aburres de tanto relax también puedes hacer senderismo por las montañas y valles cercanos con un experto geólogo, o ir a visitar algunos lugares bíblicos cercanos.
He intentado explicarme lo mejor que he podido, pero es difícil envolver en palabras las sensaciones que produce Hammamat Ma’in. Lo mejor es que lo experimentes por ti mismo, no lo olvidarás. Hammamat Ma’in es un descubrimiento. Es la envidia de Oriente, pero el caso es que está en Jordania y tendremos que ir allí para disfrutar de él. Es un Tesoro, el que se esconde detrás de la puerta de Petra, y que hace a Jordania un paraíso natural único.
Impresionante maestro, he viajado a ese lugar sin salir de casa.
Bendiciones
A mi me gustaría viajar a ese lugar de verdad y no solamente por el texto.
Saludos.