San Carles de la Rápita huele a mar, a Delta del Ebro, a parque natural, a salinas… Su localización estratégica entre la sierra del Monstiá y el mar, lo hacen único. Reducir a turismo de sol y playa tremendo fenómeno natural sería un sacrilegio, así que os vamos a proponer varias cosas que hacer en Sant Carles de la Rápita para que saquéis el máximo provecho a este idílico lugar de la provincia de Tarragona, en Cataluña. A la hora de seleccionar hemos mirado muy mucho que sean actividades con un coste económico relativo. ¿Preparado? Pues cuelga la toalla y disfruta.
Qué hacer en Sant Carles de la Rápita (Tarragona)
1.Ver salir el sol (Gratis total)
La salida del sol o la hora mágica, como la conocen los fotógrafos, es especialmente mágica en La Rápita. Desde el azul intenso de la noche a los dorados de las primeros minutos de sol, podrás disfrutar viendo cómo se pierde y entremezcla en el horizonte el agua de la Bahía de los Alfaques con la península que el delta del Ebro le roba al mar. La tranquilidad del agua de la bahía, las primeras aves que levantan el vuelo desde el parque natural y una temperatura suave que acompaña todo el año, bien merecen la pena un madrugón.
2.Visita a la lonja (Free)
El puerto pesquero de San Carles es uno de los más prolíficos del Mediterráneo, fiel reflejo de su frenética actividad diaria. Todos los días, a partir de las 15:00 h., comienza la llegada de las embarcaciones. Primero las más pequeñas, las que todavía realizan pesca artesanal o a lo “batre”. Después, nunca más tarde de las 17:30 h. llega el resto de embarcaciones más grandes y modernizadas. Es curioso ver el frenesí con que restauradores y minoristas buscan el pescado más fresco, los pescadores descargan su mercancía y los visitantes curiosean por la lonja y asisten algo perdidos a la subasta.
Aquí la ley no escrita dice que quien vende primero, vende mejor. El pescado pasa del barco a la lonja, donde en unas modernas instalaciones, es clasificado y etiquetado para ser subastado. Mediante el sistema holandés o “a la baja” el pescado sale con un precio marcado por el pescador y va perdiendo valor hasta que alguien lo compra.
Es una actividad que te ayuda a entender la cultura y las costumbres de los habitantes de La Rápita. En el pueblo lo saben, y por eso las instalaciones cuentan con una zona preparada para que los visitantes puedan ver todo el proceso sin que irrumpan el normal tira y afloja de la subasta. Además hay un pequeño mirador en la parte de atrás que ofrece unas vistas panorámicas de todo el puerto, es el sitio ideal para ver la entrada de los barcos.
3.Ruta de las mejilloneras (desde 15 € por persona)
En las aguas de la Bahía de los Alfaques se dan las condiciones idóneas para el cultivo del mejillón y de las ostras. Los sedimentos que el Ebro deposita en la bahía, junto con las condiciones climatológicas hacen de estas dulces aguas el hábitat ideal para ambos moluscos. Y no hay más que ver las cifras para darnos cuenta. Sólo de mejillón se producen 3.000.000 de kilos al año.
Entre las cosas que hacer en Sant Carles de la Rápita, tras un agradable paseo por la bahía en golondrina (no el pájaro, sino una embarcación) el viajero llega a la Caseta del Parrillo, una antigua batea convertida en zona de acogida. Allí está Agustí Bertomeu, una persona dinámica e imaginativa a la que le apasiona lo que hace, algo que se comprueba rápidamente cuando lo escuchas hablar sobre la historia y producción del cultivo de moluscos en el Ebro, sobre las lindezas del Delta o sobre algunos de sus inventos como las ostras en conserva. Desde la siembra, la recogida o la explotación de los moluscos, Agustí no dejará sin responder ninguna de vuestras dudas.
La experiencia además de didáctica es deliciosa. Acaba con una degustación de los productos de la tierra, bueno en este caso del mar. Una cata de mejillones y ostras (fresquísimas) sólo con su jugo y una copa de cava hará que se te caigan las lágrimas.
4. Demostración de pesca tradicional (desde 25 € por persona)
Y seguimos con actividades didácticas, en este caso para los niños. En Sant Carles de la Rápita te dejan claro que el pescado no crece en los expositores de los supermercados, como creen algunos niños y sus padres. Hay varias opciones: paseo en barca sin licencia, en golondrina, con o sin degustación… Pero lo importante de esta actividad, la experiencia de pesca artesanal, a lo «batre», es común en todas las opciones.
Agustí, un joven pero experimentado pescador de la zona, extiende horas antes de que lleguen los visitantes los más de 600 metros de red en forma de espiral. Luego podremos aprender a desenredar de manera manual los peces que hayan caído en la red. Todo el mundo puede bajarse de la barca pues las aguas en esta zona tienen un calado muy poco profundo e ir sacando las piezas con sus propias manos. En cuanto a las capturas pues según el día y la suerte que tengas, lo normal será ver doradas, lisas, lubinas, palomitas, sepias…
Nos encanta viajar, pero siempre es importante conocer todos los servicios a los que como viajeros podemos recurrir en caso de quedarnos sin dinero https://www.remesashonduras.info/enviar-dinero-a-honduras-recibe-con/
¡Bendiciones!
Me gustaría mucho conocer esta parte pues solamente he visitado el mar en una ocasión… Lo que sí he visitado varias veces es el campo y me agrada mucho el ambiente, es ideal para descansar y pensar con tranquilidad, Les recomiendo unas escapadas de fin de semana a http://donjoaquin.com/es/blog/186-que-te-ofrece-don-joaquin-y-su-spa-para-parejas-de-fin-de-semana.html
¡Bendiciones!