Últimamente noto que los músicos indies españoles están cabreados. Antes los veía como que pasaban de todo y que vivían en su mundo de color, ajenos a cualquier movimiento social. Sólo se cabreaban cuando le chuleaban a la novia. Hasta hace unos años todo iba bien y los músicos se dedicaban a hacer lo que mejor saben, cantar al amor, a la juerga y a otras lindezas a las que prestas atención cuando eres joven y los problemas están lejos. Pero ahora resulta que las dificultades han llamado a la puerta de sus casas, han entrado y se han sentado en el mullido sillón en el que normalmente apoyaban su trasero. Después de más de 6 años, esta maldita crisis se ha vuelto eterna, se nos repite más que la playlist de RockFM. Así que a través de la táctica del martillo pilón, los grupos indies van entrando de lleno en el terreno reservado al rock radical, el punk y otras variantes de la música más, digamos, marginal. Y si además van acompañadas de buenas melodías, es muy de agradecer. Así que este mes que ahora termina me he entregado a la escucha de grupos con gruesas intenciones y floja distorsión. Esta es mi lista de 5 para abril.
-Polvorado, Nacho Vegas.-
Empiezo por el más veterano. Bueno, por eso y porque es de una de las ciudades más interesantes y atractivas para los músicos españoles: Gijón. Nacho Vegas acaba de publicar «Resituacion» del que puedo decir que me gusta la mayoría de canciones. El primer single fue «Actores poco memorables» con un espléndido vídeo rodado en localizaciones gijonesas. La llevo tarareando mucho tiempo, desde que salió, y tengo grabadas frases que transmiten la inmovilidad de la población ante el maltrato político: «Se duermen por las esquinas, dicen que solo hacen su papel…Espían a otros que jamás los ven. Se hacen los muertes, eso es bastante común». Pero ahora estoy enganchado a «Polvorado». Vegas le pone rostro a la crisis. Imprescindible el video de Ramón Lluis Bande con fotografías de Javier Bauluz.
–Carlos y Esther. La Habitación Roja.-
Llevan haciendo las cosas bien en el pop español desde hace tiempo. Han demostrado que no hay que estar en Madrid para surfear la ola de la calidad y que hasta la periferia también llega el eco cuando hay un buen reverb. «Al mirar hacia otro lado estabas colaborando, y tu turno ha llegado/ Al final te está pasando y te llamará tu jefe y te dirá cuanto lo siente» Así arranca «Carlos y Esther», la canción más directa y personal que se ha hecho en los últimos años en el mundo pop. Diáfana y oscura al mismo tiempo.
–El Político Neoliberal. Pony Bravo.-
Pony Bravo – El Político Neoliberal (videoclip oficial) from El Rancho on Vimeo.
Los sevillanos aportan la beta de humor que toda situación grave debe tener para que no se convierta en trágica. A veces pienso que de la gravedad a la tragedia solo hay un chiste. Pony Bravo no es un grupo, es un experimento musical que a veces recuerda a Ciudad Jardín, a veces a Devo, a veces a Los Chanclas. Su último disco «De palmas y cacería» no es nada repetitivo y la canción «El Político Neoliberal» es una especie de menos samba e mais trabalhar rockerizado. De esta canción dijeron en 20 minutos Llo teníamos claro: si los políticos se ríen de nosotros, nosotros vamos a reírnos un poco de ellos. Porque yo creo que los políticos sí se ríen de nosotros.»
–Golpe Maestro. Vetusta Morla.-
Son los reyes de la escena indie desde hace algunos años. Aunque reconozco que no son santos de mi devoción, es cierto que esta canción chicle todavía no ha perdido sabor. «Golpe Maestro» es el primer single de su nuevo disco «La Deriva». Me gusta porque es directa, agresiva y machacona. Parece un himno con mucha percusión, como si estuvieran tocando a rebato para que la ciudadanía se rebele. Me gusta.
–Pajaro Azul. Ivan Ferreiro.-
Y os preguntaréis ¿qué pinta en una selección teóricamente de cabreados con el mundo el Ferreiro? No es indie y tampoco está cabreado (de hecho, según él mismo, ha hecho uno de sus discos más optimistas). Pues no pinta nada, la verdad. Incluirlo ha sido para mí como un exorcismo con una canción que tenía atragantada desde la primera escucha de «Valmiñor-Madrid. Historia y cronología del mundo». Y el reencuentro con ella ha sido gracias a su videoclip. Cuenta una historia que no tiene nada que ver con la canción (¿o sí?) y en la que además aparecen Nicolás Pastoriza o Martiño Martín, entre otros. Iván hace unos meses me dijo una sabia frase: «los músicos siempre estamos en crisis». Más razón que un santo.