City of stars
Are you shining just for me?
City of stars
There’s so much that I can’t see
City of Stars
Como un carta de amor nunca enviada, Damien Chazelle tenía la idea de La La Land desde que era estudiante en Harvard. Él y su compañero Justin Hurwitz, compositor de la banda sonora, querían entonces rodar un musical de bajo presupuesto que formara parte de su tesis doctoral. Era una historia que llevaría por título Guy y Madeline en Park Bench y contaría la historia de este músico de jazz de Boston. Ya graduados, Chazelle y Hurwitz se mudaron a Los Ángeles donde adaptaron aquella historia un poco desfasada en un moderno musical que tendría como escenario la propia L.A. «Hay algo muy poético en una ciudad que ha sido construida por personas con sueños imposibles», dice Chazelle, «pero que al mismo tiempo ponen todo su empeño en conseguirlos».
La La Land retrata a la perfección esta gran urbe norteamericana que es Los Ángeles, trampolín de metas inalcanzables y paño de lágrimas de aspiraciones que se quedaron en eso. «Los Ángeles es una ciudad que se va mostrando poco a poco, como una cebolla, si te tomas tu tiempo para explorarla» revela el director de la película. En La La Land nos vamos adentrando, a través de una historia de amor entre Sebastian y Mia, en una ciudad resplandeciente, brillante, donde la oscuridad es agradable y la decadencia no existe. A través de una soberbia fotografía, la película es una carta de amor hecha con imágenes a una ciudad muchas veces despreciada por los gigantesco de su extensión, la suciedad de sus calles y la peligrosidad de algunos de sus barrios. Pero Chazelle ha sabido sacarle partido y hacer de L.A. una ciudad para soñar. Y no sólo eso sino hacer una película deslumbrante sobre el jazz.
Algo que ha sabido agradecer el alcalde, Eric Garcetti. «No se puede tener un folleto turístico mejor que esta película» dijo durante la presentación del film. Y es que La La Land es la historia de dos soñadores, Mia (Emma Stone) y Sebastian (Ryan Gosling), atrapados en una historia de amor en el centro de un pintoresco y colorido paisaje de Los Ángeles. Un viaje de más de dos horas por LA, sin moverte de la butaca.
Eso sí, si es la primera vez que visitas Los Ángeles, será mejor que le eches un vistazo a este artículo.

Situado en Long Beach, una zona moderna y cosmopolita pero mucho más tranquila que Los Ángeles, esta casa de estuco rosa es un exponente de lo que se dio a conocer como la arquitectura colonial española. El edificio, de nombre Rose Towers, es de 1928 pero fue restaurado en 2006. Long Beach destaca por sus playas pero entre sus méritos más frívolos está el de haber creado la elección de Miss Universo. Asentamiento a finales del siglo XIX de buscadores de oro, poco a poco su población fue creciendo. Cada vez llegaba más gente en busca de trabajo gracias a la riqueza generada por el hallazgo de este metal precioso. Entre otros atractivos podemos acercarnos a ver el acuario del Pacífico o el Queen Mary, un crucero de mediados del siglo pasado que ahora alberga restaurantes, un museo y hasta un hotel.

Sebastian se gana la vida tocando aburridas canciones navideñas en un lugar aburrido y oscuro llamado Lipton’s Restaurant. Sin embargo, en la realidad ni este lugar es tan aburrido ni su dueño tan coñazo porque no existe. El Smoke Restaurant, que así se llama el sitio donde se localizó el Lipton’s, es un sitio kitsch de los que quedan pocos en Los Ángeles. Construido en Burbank a finales de la Segunda Guerra Mundial tiene la decoración y el aura de una época añeja y ha crecido gracias a una clientela básicamente ligada al mundo del cine. Su situación, frente a los Estudios Warner, hacía que fuera habitual ir a comer allí y encontrarte a indios y vaqueros disfrutando de un buen roast beef entre escena y escena.

En la película no podía faltar un cine Rialto. Yo creo que en todos los pueblos existen o existieron los cines Rialto. Al menos en el mío sí. Era el cine de verano al que íbamos a comer pipas mientras soñábamos ser el protagonista de la historia de la que nuestros ojos no apartaban la vista. Pues bien, en La La Land el Rialto da un toque de nostalgia. La magia del cine nos hace creer que Mia y Sebastian atraviesan su puerta para ver «Rebelde sin Causa» recostados en sus viejas butacas. Pero es sólo un efecto visual, un trampantojo (esa palabra que está de moda). El Rialto cerró en 1998 y ahora es un Urban Outfitters Store, un supermercado de ropa, eso sí respetando su fachada. Levantado en 1917, forma parte de la cultura angelina como el Apollo en el Harlem de Nueva York o el Roxy de Londres. Como curiosidad, en los años 70 en el Rialto prácticamente sólo se proyectaban películas en español debido a que la mayoría de habitantes del barrio, South Pasadena, era de origen hispano. Menos mal que Trump todavía no había llegado a la Casa Blanca.

El funicular que comunicaba las dos alturas de Bunker Hill en el Downtown de Los Ángeles desde 1901, dejó de funcionar en 2001 pero eso no frenó a Chazelle que tenía muy claro que era un lugar que debía formar parte de su historia de amor en La La Land. Y consiguió que se lo abrieran. Eso sí, consiguió con ello cabrear a la Comisión Estatal de Servicios Públicos que emitió un comunicado diciendo que eso nunca debería haber ocurrido. Nacido para conectar las casas victorianas y bungalows de madera que coronaban Bunker Hill con el bullicioso comercio en la parte inferior de la colina, en 2001 sufrió un accidente que acabaría por decretar su cierre. Uno de los dos vagones se soltó provocando tal estropicio que acabó con la vida de un hombre de 83 años y heridas graves a siete personas. El funicular Angel Flight no ha cambiado en esencia, la ciudad que gira a su alrededor sí.

No existe la cafetería en la que Mia trabaja mientras se busca la vida como actriz en Hollywood. Es una metáfora que expresa a la perfección, la vida de muchos jóvenes que llegan a la ciudad de las estrellas y acaban dedicándose a poner cafés. Lo que sí es real es la localización, directamente frente a una ventana utilizada en Casablanca. Todo se encuentra en el Warner Bros Estudios. El director los escogió por que conservaban un aura romántico para algunos paseos de la pareja que los otros no tenían. El tour en español por sus instalaciones cuesta 62$ y dura unas 3 horas.
En el parque más grande de Los Ángeles ocurren alguna de las cosas más mágicas y románticas entre Mía y Sebastian. «Es un monumento como El Arco del Triunfo o el Big Ben, lo que pasa es que mientras éstos se levantan en la propia ciudad, el Observatorio Griffith corona lo alto de una colina lejos de todo y como si estuviera en su propio mundo. Es puro espíritu de Los Ángeles, totalmente auténtico». Así lo define Damien Chazelle. Situado en Los Feliz, el parque tiene más de 1.700 hectáreas de montañas y cañones en el extremo este de la Sierra de Santa Mónica. Dentro de él se pueden hacer tours guiados desde Sunset Ranch que nos acercan a uno de los símbolos de la ciudad: el letrero de Hollywood. También tiene su lado refinado, hay conciertos al aire libre en el Greek Theatre y los niños pueden observar koalas y dragones de Komodo en el Zoo y Jardín Botánico. Un busto de James Dean saluda al visitante dándole la bienvenida al parque. Y, por supuesto el emblemático Observatorio Griffith con su estilo Art Decó que ha cautivado a decenas de directores de cine. Antes que La La Land se rodó aquí Rebelde sin causa o Terminator.

Uno de los momentos más especiales, al menos para mi, del musical ocurre aquí. Hermosa Beach es una playa poco conocida, con un cierto aire hipster que simplemente tiene un muelle de madera que se adentra en el mar y que fotogénicamente es irresistible. Nada que ver con Santa Mónica ni con Venice Beach, Hermosa es mucho más tranquila y romántica aunque también podemos encontrar en su paseo numerosas cafeterías y restaurantes.

Muy cerca del muelle, en la Pier Avenue de Hermosa Beach, encontramos The Lighthouse Café, un garito que lleva dando guerra con el jazz desde 1949. Fue uno de los locales de música jazz más importantes de la Costa Oeste hasta finales de los 70. Miles Davis, Chet Baker, Art Blakey y Cannonball Adderley han grabado en directo en The Lighthouse. Hoy en día el club también se ha abierto al reagge o el rock. El jazz casi no existe en la ciudad de Los Angeles, pero todavía existe en este pequeño café cerca del muelle de Hermosa por lo que es el lugar perfecto en el que ubicar a Sebastian. Aparte, la estética de su fachada es irresistible.
Estas cosas solo pasan en Estados Unidos. Un inmigrante italiano llamado Sabato Rodia construyó en su tiempo libre durante 33 años las famosas torres Watts. Utilizando sólo herramientas de mano y el equipo de un limpia ventanas levantó esta escultura que en 1990 fue declarada Monumento Histórico Nacional. Es todo un orgullo para la comunidad de Watts, tanto como el Día del Tambor o el Festival de Jazz.
El mural.-
You are the Star (Tú eres la estrella) es un conocido mural que se encuentra en el Paseo de la Fama de Hollywood. En él se puede ver a Chaplin, Dean, Monroe, Bogard o Bacall mientras ven una película en el cine. ¡Qué tiempos! El director de La La Land lo utilizó para representar el exterior del Lipton’s. Fue pintado en 1983 por Thomas Suriya.
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Me ha encantado este reportaje
¡Bendiciones!
La verdad es que nunca he visitado la ciudad de Los Ángeles pero sé que es una de las más llamativas de Estados Unidos así que estaría interesante visitarla. También recomiendo unas escapadas de fin de semana a Uruguay.
Saludos.